Consumismo: consumir(se) por consumir
Verdaderamente nos consumimos por consumir. Ahora bien, ¿qué significa consumir? Partíamos de que realizamos una serie de actividades vagamente denominadas económicas para cubrir nuestras necesidades. Se trata de una relación relativamente sencilla con la realidad, aunque en ocasiones para cubrirlas se requieran tecnologías muy sofisticadas como la resonancia magnética o la electrónica digital. La idea de consumir añade una vuelta de tuerca, es decir que complica esta relación y con ello el ser humano crea una economía cuyos objetivos sobrepasan el mero cubrir las necesidades de cada cuál.
Consumir, sin más connotaciones, significa gastar recursos (bienes y servicios).
Podemos contemplar el consumo o consumismo desde tres puntos de vista:
- Estatal
-
La economía del país va mejor cuanto más se consuma.
- Empresarial
-
Una empresa (en particular) va mejor cuanto más facture y más clientes fidelice
- Personal
-
El deseo irracional y contraproducente de consumir que siente un individuo. En realidad se trata de una locura menor y efímera. En la vida moderna encadenamos una crisis de consumismo personal tras otra. Y así se nos va el tiempo porque mientras el consumismo nos consume no estamos presentes.
Este deseo se entrelaza con otros aspectos y pulsiones de cada psique y está formado por innumerables historias personales, como en el mío de la caja de óleos.