Autonomía: darse ley a uno mismo
Autonomía significa ponerse leyes (nomo-s en griego clásico) a sí mismo, ser uno quien se ponga las normas. Decidir por uno mismo, de forma independiente, sin coerción ni influencia externa. Es en cierto sentido lo contrario de autoritarismo, en el que unos pocos imponen las normas a toda una comunidad (heteronomía)
Este concepto se aplica en diversos campos, como la filosofía (ética), la psicología (desarrollo evolutivo) y el derecho (soberanía), y se vincula con la autogestión, la libertad y la independencia.
Jugando con los prefijos griegos, homonimia debería significar [compartir las] mismas leyes, interpretado como que la misma ley se aplica a cada miembro de la comunidad. Por ejemplo los once mil aforados que hay en España consituyen una excepción a la homonimia o igualdad ante la ley.
De modo que en una buena organización política o sociedad ha de haber:
- buenas leyes: sabias y justas
- igualdad ante la ley (sin privilegios)
- autonomía o iniciativa privada, no sólo y exclusivamente en los negocios
Según AI Overview, de Google:
La autonomía es un concepto con múltiples significados, que abarca la capacidad de una persona para autogobernarse y tomar decisiones basadas en sus propios valores y razonamientos, así como la capacidad de una entidad (como una región o un dispositivo) para funcionar y regirse independientemente. Se opone a la dependencia y la coerción, y está ligada a la libertad, la independencia y la responsabilidad.
Y según Wikipedia:
In developmental psychology and moral, political, and bioethical philosophy, autonomy is the capacity to make an informed, uncoerced decision. Autonomous organizations or institutions are independent or self-governing.
(Todas estas definiciones coinciden en lo esencial.)
Autonomía moral
La autonomía moral es la capacidad de juzgar por uno mismo si una acción, situación o evento es moralmente aceptable. Supone la posibilidad de tomar decisiones éticas de forma consciente, más allá de la presión social o de las normas impuestas desde el exterior.
Desde la Filosofía, esta forma de autonomía se refiere tanto a la relación del individuo con los demás como consigo mismo. Se vincula con el concepto psicoanalítico de superyó, que refiere al conjunto de normas interiorizadas que guían el comportamiento.
Una persona con autonomía moral actúa de acuerdo con principios que ha reflexionado y adoptado como propios, en lugar de reproducir valores heredados. Esto no significa que no pueda modificar sus posturas, sino que sus juicios morales se basan en un criterio personal.
Heteronomía
La heteronomía es la situación en la que otro o bien la colectividad toma las decisiones por uno.
La heteronomía es la situación opuesta a la autonomía. Mientras que la autonomía implica actuar de acuerdo con principios elegidos de manera consciente y reflexiva, la heteronomía consiste en seguir normas impuestas desde el exterior, por otro u otros (u otras).
La heteronomía representa una forma de dependencia: se actúa según criterios ajenos, a menudo sin comprender su sentido. En cambio, la autonomía requiere pensamiento crítico, capacidad de autorregulación y reconocimiento del propio deseo.
Ambos conceptos han sido analizados por la psicología, especialmente en estudios sobre el desarrollo moral infantil. Jean Piaget (1896-1980) sostuvo que los niños atraviesan un proceso de transición desde la heteronomía, en la que obedecen reglas externas sin cuestionarlas, hacia la autonomía, en la que aceptan las normas mediante la comprensión y el diálogo.
Aunque son nociones opuestas, tanto la autonomía como la heteronomía cumplen funciones necesarias en la vida social. La autonomía fortalece la autorregulación individual, mientras que la heteronomía sostiene la cohesión social mediante normas compartidas (coordinatrices).