Desobediencia civil

Desobediencia civil significa realizar acciones que van en contra de las leyes o del espíritu de las leyes, a la vez que dichas acciones no son antisociales o no más antisociales que las leyes en sí.

Según se interprete, no hacerle el paripé al sistema.

Los Estados persiguen ferozmente la desobediencia civil, para lo cuál conviene no dejar apenas dinero en cuentas bancarias.

Ejemplos y casos de desobediencia civil

No hacer el servicio militar obligatorio ni acudir a levas

A veces no es estrictamente ilegal negarse a hacer la mili, al final bastaba con realizar la prestación social sustitutoria.

En 1967, el boxeador Muhammad Alí se negó a presentarse y combatir en la Guerra de Vietnam y se convirtió así en un símbolo de la lucha por la paz y los derechos civiles de las minorías. (A otros deportistas de élite se les había eximido.)

Residir en una caravana o en un camping en una casa móvil
Los Estados presionan fuertemente para que se practique un modo de vida urbano caro, insano y destructivo. Algunos ciudadanos eligen o se ven forzados a residir en una caravana o con suerte en una casa móvil... Técnicamente está prohibido residir en un camping.
Horticultura de guerrilla (del inglés guerrilla gardening)

Consiste en buscar zonas públicas adecuadas y sembrar o plantar flores u hortalizas, de extranjis. Así le arrebatamos el protagonismo paisajístico a los poderes instituídos.

Reutilizar, apurar la vida útil de los objetos

Si reutilizas gastas menos y la economía convencional se resiente. No dejarnos arrastrar por la moda, lo cuál sale más caro y contamina. Incluso vestir ropa con rotos y ostentar parches.

Ser uno mismo, tener opiniones propias
No repitas las consignas de los partidos políticos, no adoptes convenciones salvo las que sirven para coordinarse, como por ejemplo el lenguaje
Quitar el volumen cuando empiezan los anuncios
¡Cuesta tan poco!

Okupación

La okupación consiste en entrar en un edificio abandonado de propiedad privada o pública.

Pocas veces se dice que muchos okupas se pueden permitir estar en situación legal porque no tienen propiedades a su nombre, es decir ni bienes inmuebles ni cuentas bancarias con saldo. Constituyen la nueva clase social de los desposeídos.

Okupación rural

¿Okupación rural?

La okupación rural es una práctica política menos conocida que la okupación urbana. Sin embargo existe y es fuerte en muchos lugares del mundo. Según las circunstancias que llevan a la okupación rural, sus características son diferentes. Hay las que se realizan para defender un lugar contra la construcción de grandes infraestructuras (la ZAD en Nantes, Anti-TAV en el Valle de Susa, la Anti-MAT en Girona), aquellas que tratan de salvar bosques ante empresas energéticas (Hambach en Colonia) o las que recuperan pueblos abandonados del olvido. Este último es bastante extendido en el Estado español y, sobretodo, en el Pre-Pirineo de Huesca. Pero aunque las características sean diferentes, muchos de los objetivos que persiguen son comunes, como por ejemplo la defensa del territorio y el experimentar nuevas formas de vida, al mismo tiempo que se buscan fórmulas de emancipación individual y colectiva.

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Elegimos la okupación rural como modo de vida porque pertenecemos a una generación de gente ‘expulsada’ de las ciudades debido a la falta de expectativas que estas pueden ofrecer. El capitalismo nos muestra una cara cada vez más cruda y las ciudades se han convertido en un escaparate donde lo único que se puede hacer es comprar y vender. No hay lugar para quien no puede o no quiere participar de esta dinámica. Cada vez somos más los que sentimos la necesidad de dejar de alimentar la máquina del crecimeinto infinito, generando por nostrxs mismxs nuestro medio de vida. El entorno rural reúne las condiciones para intentar vivir de un modo mas autónomo, reduciendo al mínimo las necesidades dinerarias.

Por otro lado en el estado español hay inmensos territorios que son propiedad del estado fruto de unas políticas desarrollistas que por un lado buscaban el beneficio privado a través de la construcción de megainfraestructuras, y por el otro indudablemente buscaban mano de obra barata para trabajar en las fábricas que estas infraestructuras posibilitaban.

Es por eso que nos parece totalmente legítimo reapropiarnos colectivamente de estos territorios, intentando vivir de un modo más coherente con nosotrxs mismxs y con nuestro entorno. Así además colaboramos a mantener vivos unos territorios absolutamente abandonados y la memoria de aquellxs que fueron expulsadxs. Queremos animar a más gente a sumarse, especialmente aquellxs que comparten con nostrxs los motivos que nos empujaron a echarnos al monte. Actualmente en Aragón hay decenas de pueblos abandonados propiedad de la CHE y el Estado.

(Sacado de Jornadas de okupacion y resistencia rural en Casa Selba)