Anarquismo: cuestionarse el poder

El anarquismo propone un sistema político sin relaciones de poder entre unos ciudadanos y otros. Rechaza el que el ciudadano A tenga poder sobre el ciudadano B por razones de riqueza, nobleza o titulación.

Una buena pregunta sería ¿acaso el anarquismo no ha perdido su razón de ser después de que se haya implantado la Democracia? En la práctica ha buscado y continúa buscando formas de tomar las decisiones que afectan a la ciudadanía. Rechaza la democracia representativa y prefiere formas de democracia participativa. En esta búsqueda del sistema de consenso perfecto ha practicado o al menos propuesto durante largos períodos la asamblea, un debate que trata de buscar un consenso o al menos una mayoría aplastante antes de dar por terminado el proceso deliberativo.

Muchos anarquistas consideran que su movimiento constituye la verdadera izquierda, y suelen mostrar rechazo por los anarcocapitalistas, los partidarios de menos intervención y fiscalización estatal.


El anarquismo propone una sociedad construída sobre relaciones orgánicas, no sobre relaciones institucionales. Los ciudadanos deberían organizarse o coordinarse espontáneamente, según critierios naturales.

El anarquismo también propone la colaboración frente a la competitividad y el enfrentamiento, y rechaza toda forma de guerra ofensiva.


¿Es el anarquismo sinónimo de crítica social? En cierto sentido sí. El anarquismo intenta romper con todos los tópicos y verdades heredadas sobre cómo es o debe ser el mundo.


Imaginemos el siguiente diálogo entre un socialdemócrata (convencional) y un anarquista (radical):

SOCIALDEMÓCRATA: El Estado debería gastar más en formación.

ANARQUISTA: Propongo que primero se analice qué se va a enseñar.

SOCIALDEMÓCRATA: El saber no ocupa lugar.

ANARQUISTA: Pero sí lleva tiempo y cuesta dinero. Las neuronas ocupadas en una materia o actividad inútil no quedan disponibles para otras tareas.

SOCIALDEMÓCRATA: Hay que reducir la jornada laboral..

ANARQUISTA: El problema de fondo es que actualmente casi todos los empleos son insatisfactorios.