Autosuficiencia: alimentaria, constructiva
En mi opinión, obvio que la comida se puede producir a mano
. Aunque técnicamente el cultivo y recolección con maquinaria es más eficiente en rendimiento de la hora de trabajo, el tractorista durante su jornada se envenena con agroquímicos y ensordece con el ruído, su relación con el campo le aliena como persona, y el ejercicio que deja de hacer con la azada en jornada de trabajo lo ha de obtener por otros medios, pagando.
¿Y la autoconstrucción? Por una parte está la construcción tradicional con mortero de cemento, hierro y ladrillos. No sólamente los materiales utilizados, sino también las dimensiones. Nos hemos acostumbrado a necesitar grandes espacios interiores.
Bioconstrucción
Se entiende por bioconstrucción el conjunto de sistemas de construcción que utilizan materiales de bajo impacto ambiental, altamente reciclables, o extraíbles mediante procesos sencillos, como por ejemplo, materiales de origen vegetal. Se basa en las tradiciones de construcción con materiales primarios, naturales, y propios de la zona a construir. El objeto de este sistema de fundirse en el entorno natural en el que se emplaza y de esta manera no constituir elementos demasiado invasivos y ajenos a lo existente.
(Rocío Blaitt, Ecoaldeas y comunidades sostenibles)
Presión estatal para urbanizarnos
La gran cuestión son las medidas que los Estados toman para que la gente no se les vaya a vivir al campo porque en las ciudades se gasta más y de eso depende la buena marcha de nuestra economía. En la ciudad no hay tanto espacio para instalar placas solares ni mucho menos torres de aerogeneradores. Normalmente los residentes contratan proveedores de agua y electricidad. Cada vez más se contratan además gas ciudad, canales de televisión, seguridad privada etc.
En la ciudad, al hacerse menos ejercicio y recibir menos estímulos naturales, a menos que se viva en un carísimo chalet, las personas tienen maś frío y más calor en sus casas, que han de mantener continuamente acondicionadas. Necesitan pagar por actividades, y el fin de semana huir al campo. Esta huida a su vez se realiza con gran gasto de combustible y de averías de automoción, de restaurantes, de hoteles etc.
La ciudad es una máquina de gastar. Este gasto crea puestos de trabajo y llena las arcas de Hacienda. Además, aunque la ciudad agrupa a gentes diversas y optimiza así la búsquedad de determinados empleos y profesionales, muchos trabajadores especializados o no en algún momento intentan irse. Como no estamos en un régimen feudal, todo ciudadano es libre de... eso... irse a vivir al campo. De primeras chocará con la sociedad rural...
Por supuesto que hay programas para repoblar el campo y los políticos y los progres jurarn y perjuran por la sostenibilidad. ¡Menuda farsa! Y es que el Estado hace dos cosas para desincentivar la huida al campo:
- Tolerar los robos en despoblado
- Una fracción no pequeña de la población no posee ninguna propiedad a su nombre y por tanto no pueden pagar una multa por tanto si les place roban impunemente. De todos modos tampoco se ponen policías para pillarlos.
- Dificultar que la gente resida en el campo
- Desde prohibirlo explícitamente (tal construcción no puede utilizarse como vivienda habitual) hasta poner todo tipo de trabas (que si tu excremento va a contaminar los acuíferos, que tu casa desentona con el entorno, que no podemos permitir que vivas con tanta precariedad etc.). Y unos precios a fondo perdido: proyecto de un arquitecto y permiso de obras.
Robos en el campo
Hay zonas que o porque no se quiere o no se puede vigilarlas los ladrones menores (impunes porque no poseen nada) pasan y roban continuamente tanto herramientas como plantas y alimentos. Esto obliga a los agricultores a llevar y traer sus aperos, con el consiguiente gasto en combustible, averías etc., les impide residir en el campo que trabajan, y vuelve imposibles algunas actividades económicas como cultivos que no pueden poner porque probablemente se los arranquen o cosechen otros.
Esta situación no es tema de debate público porque no supera nuestro umbral de alarma social. Por otra parte dificultar la residencia en el campo, obligar a todos los ciudadanos a residir en poblado
, lo que favorece ciertos turbios intereses.