Trabajo y Empleo

Segun Yuval Harari, el empleo con menos probabilidades de desaparecer es el de arqueólogo, porque hay tan pocos que se tardará mucho en que rente crear una máquina que los substituya.


Resulta claro lo que significan trabajo y empleo, en qué consisten y para qué sirven. Uno trabaja, aporta a la economía y recibe a cambio una compensación o remuneración, en dinero u otro bien o servicio, incluídos satisfacción, prestigio y poder.

No cabe duda de que trabajar supone un esfuerzo. Buena parte de los trabajos y los trabajos en buena parte se remuneran porque se les reconoce un mérito, el cuál consiste en un esfuerzo (renuncia o sacrificio, incomodidad etc.) y una excepcionalidad o capacidad específica sobresaliente. Sin embargo, el que algo sea trabajoso o difícil, el que una tarea exija un mérito para realizarse, no implica que sea beneficioso.

No obstante en la práctica muchos ciudadanos realizan trabajos que se consideran necesarios o al menos demandados por el resto de la sociedad. De hecho a lo largo de casi toda la Historia del ser humano casi toda la población ha estado empleada, desde edades muy tempranas a muy avanzadas.

Bien, antes de continuar con mi exposición o argumentación me gustaría aclarar dos aspectos: las dos economías y el libre mercado laboral. Sobre los cuáles basaré mi exposición.

Trabajo en la economía militar

Presuponemos que la historia del ser humano discurre en períodos de paz y que las guerras constituyen breves excepciones no dignas de consideración económica. Podríamos verlo al revés y repetir la famosa máxima de que la paz es el período entre una guerra y la siguiente. La paz supone un período de preparación o gestación para la siguiente guerra.

En particular Europa Occidental ha creído existir en una paz inmutable desde el final de la Segunda Guerra Mundian hasta la Invasión de Ucrania, con inversiones en defensa ridículas y sin apenas bajas en guerras.


En esencia, se impone reconocer dos economías: la civil y la militar.

Y dentro de la guerra hasta hace poco la victoria la ha decidido el soldado, un trabajador militar no especializado y requerido en grandes cantidades. Recuerdo cifras de bajas en las batallas napoleónicas, en las que el bando francés sufría cantidades comparables a las del bando enemigo a pesar de las capacidades superiores de su comandante, Napoleón. El llamado Genio de la Guerra no sólamente destacó en presentarse en el campo de batalla con un número excepcional de efectivos (a menudo mediante marchas nocturnas que hacían decir a sus reclutas: ganamos las batallas con los pies), si bien a pesar del arte de Napoleón de su bando morían decenas de miles también.


Francia era el país más poblado de Europa. Una sola nación en una extensa llanura fértil capaz de críar grandes cantidades de soldados.

Era uno de los últimos de la era de los Imperios Agrarios, en cada uno de los cuáles los gobernantes habían tratado de mantener el máximo de población para así imponerse militarmente a sus vecinos por la fuerza del número.


Esta misma dependencia de la victoria en el número se observa en la Primera y, sorprendentemente, también en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de los vehículos blindados y la aviación. Incluso en la actual guerra europea iniciada en 2022 se observa una fuerte dependencia del recluta y del soldado.


Ahora bien, algunas tecnologías prometen entregar casi todo el protagonismo a individuos excepcionales o a máquinas:

Por tanto los ingenieros y los trabajadores fabriles especializados podrían acaparar cada vez más protagonismo tanto en la paz como en la guerra. Como en la leyenda del Caballo de Troya, la creatividad, inteligencia y astucía se acabarían imponiendo a la valentía y el sacrificio en la Guerra. La Era de los Héroes tocaría a su fin, y sería el fin de la Epopeya.

Libre Mercado Laboral

A menudo se proponen planes para acabar con el desempleo y la vagancia que consisten en poner a los parados a realizar alguna labor que se percibe que se ha quedado sin hacer, como limpiar los bosques. Una objeción, justa, es que no necesariamente se desempeñarían los trabajos más demandados, sino que dicho empleo estaría mediado por la ideología de los dirigentes o políticos.

Este plan se suele o más bien se ha solido aplicar durante los comunismos, algo menos en otros autoritarismos.

Frente a esto la doctrina del Libre Mercado Laboral propone que las empresas decidan libremente qué trabajadores contratar y qué tipo de trabajo han de realizar, dentro de unas restricciones de seguridad, dignidad humana, salud, legalidad etc.

Esto, llevado a un extremo, acaba en que no sólo la limpieza de los bosques se encargue a empresas privadas, las cuáles se lucren parásitamente, sino también en gestión privada de cárceles y parte del aparato de seguridad restante que demanda una sociedad.


Ahora bien, una ventaja del Libre Mercado Laboral es reduce drásticamente los privilegios.

Cuatro factores

Cuatro factores que condicionan el desarrollo de un trabajo o tarea son:

la capacidad o aptitud de uno
...
la tendencia, apetencia o disposición de uno
...
la demanda (de determinado tipo de trabajo)
...
la oportunidad de conseguir determinado tipo de empleo

Por lo general los dos últimos puntos suelen coincidir. Uno encuentra la posibilidad de desempeñar determinado tipo de trabajo principalmente porque la sociedad lo demanda. En otros casos no. Por ejemplo, la sociedad demanda más médicos y enfermeras, pero los titulados en medicina no encuentran la manera u oportunidad de ejercer de médicos.

También aunque la socidad no demanda muchos licenciados en Derecho, la coyuntura crea muchas oportunidades para ellos.

Los jóvenes idealistas conceden gran importancia a la buena disposición que uno tiene hacia un trabajo, reconocen algo menos de importancia a la capacidad o aptitud y se despreocupan de la demanda. Por último considerarán la oportunidad o coyuntura económica un factor insignificante.

Cuatro beneficios

Cuatro beneficios ansiados o conseguidos mediante el trabajo son:

Capacidades y tareas

El trabajador posee unas capacidades que el que le emplea o la sociedad en general consideran útiles. Algunas de estas capacidades:

Estas capacidades le permiten desempeñar una funciones y realizar unas tareas. Digamos que en esencia un trabajo consta de un conjunto de tareas.

Por ejemplo, la labor de un profesor de colegio consiste en realizar las siguientes tareas, entre otras:

De modo que un trabajador posee unas capacidades, las cuáles le permiten desempeñar las tareas de que consta un puesto de trabajo en particular.

Capacidades Humanas

Automatización

Como funciona el trabajo humano ha estado claro hasta hace relativamente poco tiempo.

Las economías demandaban muchos trabajadores en cada uno de sus sectores.

La automatización asume muchas tareas mejor o con menor coste que las personas.

La sustitución de trabajadores humanos por máquinas, robots o inteligencias artificiales es sólo cuestión de tiempo.


En mi caso particular, la gota que colmó el vaso cayó una seca tarde de fiestas de pueblo. Entre la muchedumbre escuché la conversación de unos desconocidos sobre que no iban a poder recoger la uva porque se había estropeado la vendimiadora, una máquina que yo ya imaginaba que existía sin hasta entonces haberlo constatado.

A partir de entonces ya sólo esperaba escuchar noticias de nuevas sustituciones.

Un estudio noruego declara que todo el alimento que una persona consume en un año lleva entre tres y cuatro horas de trabajo humano producirlo.


Se entiende que el empleo humano va a desaparecer a manos de las inteligencias artificiales, frente a lo cuál propongo un punto de vista más amplio. Ha habido una sucesión de tecnologías que nos ahorraban cada vez más parte del trabajo:

[...]

Tamagochi, muñecas hinchables y demás máquinas empáticas*

ChatGPT y Copilot: Inteligencia artificial creativa*