Permacultura
Significó al principio agricultura permanente
, es decir que daba prioridad a las plantas perennes y que siempre mantenía cubierta la tierra.
La idea de permacultura nació a mediados de los años 70 en Australia, de la mano del biólogo Bill Mollison y su alumno David Holmgren, que en 1978 publicaron el libro Permaculture One y definieron la permacultura como
el diseño consciente de paisajes que imitan los patrones y las relaciones de la naturaleza, mientras suministran alimento, fibras y energía abundantes para satisfacer las necesidades locales.
https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/permacultura-aprender-de-la-naturaleza-para-una-vida-sostenible/
En el significado moderno del término destacan varios aspectos:
- Es una Teoría muy general, una filosofía de vida. Aunque tiende a aplicarse a la agricultura, sirve para otros entornos. Contiene una parte ética de cuidar de la gente, del planeta y ser sostenibles.
- No mantiene actitudes tradicionalistas ni autoctonistas: utiliza maquinaria y variedades exóticas cuando suponen una ventaja.
- Da importancia al diseño inicial de la finca, recomienda esperar, observar y planificar antes de ejecutar una obra (movimientos de tierra, construcción de caminos y edificaciones, plantaciones de árboles y arbustos etc.)
- Cada elemento de una finca o sistema debe cumplir varias funciones.
- Trata de llevar productiva y ordenadamente la finca con el mínimo esfuerzo posible. Que la finca cuide de sí misma y se mantenga sola.
- Reciclar, aprovechar las energías renovables.
- Las fincas de Permacultura suelen contener muchas especies diferentes, del orden de mil.
- Atesora y aplica gran cantidad de técnicas, algunas características de ella, como las zanjas de infiltración, recogida de agua de lluvia, vermicompostaje, bosque comestible...
Luego además la permacultura comparte con otras nuevas agriculturas muchas técnicas, como el compostaje, el acolchado, el policultivo, el control biológico de plagas etc.
Los principios éticos de la permacultura
La permacultura se basa en tres grandes principios éticos:
- Cuidar de la tierra, teniendo en cuenta todas las especies, más allá de su valor para las personas.
- Cuidar de las personas, respetando sus derechos, con ayuda mutua y considerando también los valores no materiales.
- Repartición justa entre las personas y las especies, con límites al consumo y devolviendo a los ecosistemas los excedentes y residuos para regenerar la tierra.