Fisiocracia

Fisiocracia significa en griego Gobierno de la Tierra. Esto refleja su concepción central de que hay un orden natural por contraposición a los sistemas artificiales o al contrato social. Este orden posibilita el que las personas convivamos en sociedad. Y que la misión de los eruditos y los políticos es comprenderlo y ponerlo en práctica, llevar a cabo el gobierno de la tierra.

Se trata de una teoría económica desarrollada por los fisiócratas o économistes, un grupo de economistas ilustrados que pensaban que la riqueza de las naciones provenía exclusivamente del valor de la agricultura o cultivo de la tierra. Sus teorías, probablemente la primera escuela madura de economía, nacieron en Francia y estuvieron muy extendidas en la segunda mitad del S. XVIII.

Sus personajes más influyentes fueron François Quesnay (1694-1774) y Anne-Robert-Jacques Turgot (1727-1781). Precedieron inmediatamente a la primera escuela moderna, la economía clásica, inaugurada con la publicación en 1776 de La riqueza de las naciones, de Adam Smith. (Véase Capitalismo)

El Tableau Economique de Quesnay, que contiene la esencia de su sistema de economía política, es un esquema que muestra el proceso de reproducción social según el orden natural. De él se imprimieron en Versalles sólo cuatro ejemplares, en 1758. Pero hay un esquema suyo completamente diferente de los otros, la Fórmula del esquema económico, publicada en su Analyse du Tableau Economique, a la que llamaremos Tableau Abrégé (esquema abreviado). En la obra que lo contiene Quesnay se propone aclarar para el público general la verdadera esencia de su esquema económico, que revisó para este fin. Retocó los contenidos y sobre todo, en lugar de mostrar los intercambios entre las tres clases sociales principales como intercambios entre individuos, en el abreviado considera los intercambios entre cada clase en conjunto. Y mientras que los anteriores muestran un proceso continuo que se repite, el esquema abreviado en general muestra la circulación o intercambio a lo largo de un año de producción de acuerdo con las funciones particulares de la economía nacional. Además las relaciones de reproducción de cada tipo de avance (capital) se explican mucho más. Por tanto, aunque el Tableau Abrégé es como su nombre indica mucho más simplificado, tal simplificación suprimía lo accesorio y preservaba lo necesario.

El Tableau Economique divide el país en tres clases: la productiva, la de los propietarios y la estéril o improductiva. La clase productiva comprende a todos los implicados en la agricultura. Hacemos notar no obstante que el término incluye a los empresarios capitalistas que arriendan tierra y contratan trabajadores, es decir que se presupone que la agricultura se practica con métodos capitalistas. Esta clase se considera productiva porque a ella sóla se atribuye el produit net o excedente que queda después de lo consumido por la producción. En la clase de los propietarios se encuentran tanto los terratenientes como los señores y los que perciben un diezmo. Esta clase vive del beneficio generado por la clase productiva en lugar de participar directamente en empresas productivas. Por último, la clase estéril comprende a los ocupados en actividades no agrícolas. Se la llama estéril o improductiva porque se suponía que se limitaban a añadir al valor de las materias primas el valor de los alimentos y demás recibidos también de la clase productiva. (tomado de Samezo Kuruma)

La mayor aportación de los fisiócratas fue su insistencia en que el trabajo productivo era el origen de la riqueza nacional. Esto contrasta con las escuelas anteriores, el mercantilismo en particular, que daba mucha importancia a la riqueza del gobernante, la acumulación de oro y la balanza de pagos. En la época en que los fisiócratas formularon sus teorías las economías eran casi exclusivamente agrarias. Probablemente sea esa la causa de que sólo concedieran valor al trabajo agrícola. Consideraban la producción de bienes y servicios mero consumo de los excedentes agrícolas, dado que la principal fuente de energía era el músculo humano o animal y toda ella provenía de los excedentes de la producción agrícola.

Este reconocimiento de la importancia capital de la tierra se reforzó el siguiente medio siglo cuando se aprovecharon los combustibles fósiles mediante el motor de vapor, con lo que la productividad se multiplicó. El ferrocarril, el bombeo de agua a vapor y el alcantarillado hicieron posibles las ciudades millonarias sobre tierra que pasó a valer varias veces lo que la rural. Por tanto, aunque los economistas modernos también reconocen en la manufactura una fuente de bienes y de riqueza, los principios fundamentales propuestos por los fisiócratas continúan siendo válidos. Esta doctrina tiene además relevancia en el mundo actual habida cuenta que de siempre la vida depende de la fertilidad del suelo y la capacidad del entorno natural de regenerarse.

El historiador David B. Danbom escribe que Los fisiócratas criticaron las ciudades por su artificiosidad y alabaron estilos de vida más naturales, y ensalzaron a los agricultores. Se hacían llamar economistas, pero hoy en día se los denomina fisiócratas para distinguirlos de las muchas otras escuelas de pensamiento que les siguieron.

Los fisiócratas influyeron en David Ricardo, John Stuart Mill, y sobre todo en Henry George, que propuso que el Estado sólo cobrara un impuesto, el de la superficie de tierra utilizada (georgismo).