Relación entre esfuerzo invertido y resultado obtenido
Se admite que el resultado obtenido es proporcional a los recursos invertidos para conseguirlo. Por ejemplo si gasto más en alimentación estaré mejor alimentado y por tanto más sano. A veces la relación es inversa: cuanto más fumo o más alcohol consumo peor mi salud. Por supuesto a menudo no está clara la relación cuantitativa exacta que relaciona causa con efecto. Por ejemplo, se suele admitir que media cerveza al día no perjudica nuestra salud, pero no queda claro con qué cantidad de cervezas el alcohol pasa de beneficiarnos a perjudicarnos, ni exactamente cómo.
Una de las características de la civilización moderna es que no consideramos ganancias considerables en un efecto (beneficioso) cuando dedicamos más recursos a conseguirlo. Por supuesto esto no se admite abiertamente, pero sí se practica. En esencia sostenemos que no merece la pena gastar en un recurso R para aumentar el consiguiente beneficio B.
o ya gastamos suficiente del recurso R para obtener el beneficio B porque ya tenemos suficiente de B. Algunos ejemplo:
- No necesitamos gastar más en salud pública ni formar a más enfermeras y médicos.
- No necesitamos que se dedique más gente a la producción de alimentos (dado que ésta se realiza con máquinas)
- No necesitamos impartir más tecnología y asignaturas prácticas en la escuela obligatoria, ello no mejora la economía del país ni la calidad de vida de los educandos.
Con esto se pretende engrosar la clase urbana que desarrolla trabajos desconectados de las necesidades humanas básicas.
Evidentemente esto, como casi todo, obedece a ideologías encubiertas.
¡Y así nos luce el pelo!