Matrix

Recuerdo la escena del primer largometraje de Matrix en la que los cuerpos de todos los seres humanos se muestran suspendidos en una especie de bolsas amnióticas para beneficio—no queda claro si fisiológico, frigorífico o psíquico— de unas máquinas parásitas. Visualmente muy impactante pero no me convence.

Matrix es, o ha sido, principalmente, una superproducción de Hollywood con sus efectos visuales punteros de rigor.

Hasta hace poco no se me había ocurrido una explicación... convincente.

Empezaría por preguntarme qué es matrix. Tal vez sea lo que muchos llaman El Sistema. ¿Un puñado de familias de banqueros judíos? ¿Las grandes multinacionales? Tal vez debamos incluir en la solución nuestra propia complicidad y credulidad.

Continuaría exponiendo la intuición del historiador Yuval Harari de que la mayoría de los seres humanos estamos condenados a resultar irrelevantes en tanto que trabajadores. Tal vez la Inteligencia Artificial nos quite toda capacidad de aportar valor salvo a unos pocos genios, antes de que surja la Inteligencia Artificial General. Ya antes (de que llegue este futuro pseudodistópico) el motor y la automatización han estado produciendo casi todos nuestros bienes y servicios.

Si esto nos parece extremista, tal vez sí aceptemos la conocida regla del 80/20:

El 80% del trabajo lo realiza el 20% de los trabajadores.

En realidad esto lo he leído referido a los programas informáticos (el programa se ejecuta el 80% del tiempo en sólo un 20% de su código) y a otras máquinas. Pero bien podría generalizarse a cómo funciona la realidad.

Ni siquiera voy a tomar en serio la propuesta populista de que todos los trabajadores aportan más o menos el mismo valor por cada hora de trabajo y son igual de imprescindibles para el resto de la sociedad.

¿Entonces por qué se nos mantiene al resto y se nos permite vivir, con el gasto que conlleva?

¿Cuál es nuestra función?

No faltan explicaciones fantasiosas. Como la de que formamos parte de un experimento llevado a cabo por seres superiores. Varias lumbreras, entre otros Elon Musk, cree y declara que nuestro mundo bien podría no ser más que una simulación.

En la Trilogía en Cuatro Partes Guía del autoestopista intergaláctico, de Douglas Adams, la especie inteligente que experimenta con nosotros son las ratas. Otro libro componente se titula Hasta luego y gracias por el pescado, que es la despedida final del último delfín, la otra especie más inteligente que nosotros con la que compartimos planeta.

Bromas aparte...

Otra de las facetas de las películas de Matrix es que enfrentan a individuos contra ejércitos de réplicas. (Los llamados Smiths, unos malos perfectamente trajeados y expertos en artes marciales. A decir verdad dicho ejército se comporta como una sombra del Smith original, que no deja de llevar un apellido genérico, como Fernández o López en España, y británico, sinónimo de taimado en EEUU.) Un tema interesante, porque ¿quiénes hacen Historia, los individuos o las masas?

Incluso en el caso de que la humanidad estuviera formada por ocho mil millones de individuos cada uno diferente, único e irrepetible, no me queda claro cómo esta originilidad aporta algo al resto de la Humanidad.

Mi tesis es que Matrix se alimenta de lo que yo llamo consumo inventado.