Green Peace (ONG)
Paseando por el Retiro están unos vestidos de Green Peace hablando con la gente. Me aborda uno. Conversamos. Me voy enterando. Algunos puntos, algunas líneas:
- No basta con cerrar el grifo, se requiere algo más.
- Green Peace hace campañas de denuncia.
- La culpa no es del ciudadano de a pié sino de las grandes organizaciones
- Las macrogranjas hacen mucho mal.
Dedicó algo de tiempo a mostrarme un mapa de la Península en el que unos puntos rojos marcaban zonas de más contaminación, y otros azules el emplazamiento de macrogranjas.
Supuestamente las granjas pequeñas practicaban la ganadería extensiva. Lo cuál significa que los animales pastaban. En realidad sólo de pasto no podrían alimentarse. Siempre hay que darles cereales y legumbres (soja).
Para mantener esta estructura se requieren socios
. Con la misma tableta abrió una página en la que se me pedían los datos, incluídos los bancarios.
Le sugerí que me enviasen más información al correo, que me dejasen un tiempo para informarme y pensar.
La cuota mínima eran diez euros al mes, el primer mes, para cubrir gastos administrativos. ¿Gastos administrativos? Y que después podía bajarla a cuatro euros.
Que él también era socio.
Un caso claro y diáfano de venta agresiva. Los captadores trabajan por dinero. Y utilizan técnicas para forzar la voluntad del otro. Técnicas sucias.
ONGés populares, no elitistas ni burocráticas
Pienso que la lucha por el medio ambiente debería empezar por una manera distinta y más social de gestionar los asuntos humanos. Deben compaginar o coordinar dos de las Tres Esferas: la Sociedad y la Naturaleza.
Sin embargo, Green Peace se comporta igual que una empresa. O peor. El público, la gente de buena voluntad, no siente que pueda aportar más que dinero para mantener a sus asalariados, mientras que una empresa privada nos contrata si nos considera aportativos dado que no nos pide dinero sino que nos lo da. No nos sentimos útiles y necesarios. Green Peace contribuye a monetarizar las relaciones humanas, o sociales, o interpersonales. Por otro lado es difícil hacerlo de otro modo.
En condiciones cuerdas y sanas la mayoría queremos trabajar:
- a cambio de una remuneración, vale, pero además
- en algo que consideremos útil para la sociedad, y ello
- utilizando o haciendo valer nuestros talentos.
Si acaso, trabajar gratis, pero no entregar dinero a ciegas. De colaborar con una ONG, algunos estarían dispuestos a limitarse a pagar una cuota, pero otros muchos exigiríamos que la mayor parte de nuestra aportación sea en especie. Queremos verle la cara al necesitado, tocar con nuestras manos los problemas, implicarnos. Y los más concienciados deseamos, y exigimos, saltarnos los niveles burocráticos.
Percibo una presión opresiva para que me haga socio
. No veo como cortar la relación. Me disculpo. Me da pena.
Vale. Al final no he conseguido aportar una solución a los problemas del deterioro del medio ambiente y de la degradación social, incluída la venta agresiva, en este caso captación agresiva.
Me refugio en la religión...