La Gorgona: Breve Pieza Teatral sobre un Tipo Nacional

escenario es el interior de una casa, un salón, en medio del cual hay un armario o paralelipípedo pintado o empapelado que simula una mujer mayor pero no anciana aún. Dentro está la actriz que hace de madre, y por un agujero frontal se proyecta su voz...


HIJA1: ¡Mamá, eres la Gorgona!

MADRE: ¿Y quien era la Gorgona, si se puede saber?


HIJA1: En la mitología clásica, la Gorgona era una mujer que te convertía en estatua cuando te miraba.[A continuación coge un libro, lo abre y empieza a leer, con voz dura.]

En la mitología griega, una gorgona (en griego antiguo gorgón o γοργών, terrible) era un despiadado monstruo femenino a la vez que una deidad protectora procedente de los conceptos religiosos más antiguos. Su poder era tan grande que cualquiera que intentase mirarla quedaba petrificado, por lo que su imagen se ubicaba en todo tipo de lugares, desde templos a cráteras de vino, para propiciar su protección. La gorgona llevaba un cinturón de serpientes, entrelazadas como una hebilla y confrontadas entre sí.

MADRE: Ay, hija mía, ¿por qué me insultas de manera tan complicada? ¿Por qué me zahieres? ¿Qué te he hecho yo?

HIJA1: Nada, aparentemente nada. Permaneces ahí plantada, quieta, con los rulos puestos, y fulminas con tu mirada. Espera.Y vuelve a tomar el mismo libro y a seguir leyendo.)

Medusa, tenía serpientes venenosas en lugar de cabellos como castigo por parte de la diosa Atenea.(Termina de leer.) ¿Vale? Pues las serpientes son los rulos.

MADRE: No pretenderás que a mi edad vaya con greñas, como las gitanas.

HIJA1: Pues es mucho más sencillo.

MADRE: No sé, una mujer debe cuidar de su aspecto, ir aseada.)


HIJA2: ¡Mamá, eres la Esfinge!

MADRE:(Hacia el público.) ¡Ahora resulta que mi otra hija dice que soy la Esfinge! (Hacia la hija.) ¿Y quién era la Esfinge esa, si se puede saber? (con voz como cansada de tanto ataque personal.)

HIJA2: La Esfinge era una estatua que había en Tebas, vamos al lado de las pirámides

A continuación coge un libro, lo abre y empieza a leer, con voz dura.

-Si las mujeres no tenemos tanta importancia para el funcionamiento de la sociedad, tanto peso, ni somos tan vitales ni imprescindibles como los hombres, por qué no reconocerlo? ¿Por qué inventarnos...?)


MADRE: Tengo una muñeca vestida de azul...

HIJA3: Mamá, que no le cantes esas canciones a mi hija.

MADRE: ¿Y por qué no?

HIJA3: (Borde con su madre.) Porque no va a ser ama de casa.

MADRE: Bueno, podrá ser dueña de su casa y tener un trabajo.

HIJA3: Pues mi hija va a ser jornalera.

MADRE: Me refería a un trabajo compatible.

HIJA3: ¡Anda! Las jornaleras también tienen hijos.

MADRE: Pero no casa.)


HIJAx:Plantada ahí todo el día como un pasmarote

...

HIJAx:...pero si eres frígida!

MADRE: Soy una señora.)


HIJA1: Todo lo hace -y nos lo hace hacer- para ocupar el máximo de tiempo.

HIJA2 [escéptica]: ¿Cómo?

HIJA1: Sí. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Mismo hacer la cama. En la casa hace frío. En consecuencia, para dormir calientes tenemos que echarnos cuatro o cinco mantas.

HIJA2: Lógico.

HIJA1: Pues sería más práctico, pienso yo, utilizar fundas nórdicas.

HIJA2: Son caras.

HIJA1: Bueno, pues apañarnos unas fundas nórdicas. Cogemos dos sábanas y las cosemos.

HIJA3 [irónica]: Dos de sus sábanas.

HIJA1: Y las rellenamos de plumas.

HIJA2: Son caras.

HIJA3 [burlándose de HIJA2 o de la madre]: ¡No se puede! ¡No se puede!

HIJA1: Claro que se puede.

...

HIJA3: Mamá siempre se opone a cualquier solución técnica.

HIJA2 [medio rebatiéndoselo]: ¿Qué quieres decir?

HIJA3: Pues que las cosas se han hecho de determinada manera toda la vida. A ver si me entiendes: Prohibido pensar.

HIJA1: Toda la vida significa, entendámoslo bien, el último centenar de años. Antes de toda la vida el ser humano vivía en la Edad de Piedra poco más o menos.

HUJA3 [continuando donde lo dejó]: La vida consiste en aplicar una serie de recetas transmitidas desde tiempo inmemorial.

HIJA1: Sí, desde finales del siglo XIX hasta primeros del XX.

HIJA3: Es toda una forma de ver la vida regida por normas. Las personas tienen que ser de determinada manera, hacer determinadas cosas y hacerlas de determinada manera. Todo está determinado.

HIJA1: Si no sigues las normas no eres normal.

HIJA3: Lo cual no implica que no exista en paralelo toda una tradición de desobedecer las normas. Por ejemplo mamá no separa la basura.

HIJA1: Mamá, y como ella mucha más gente de nuestro entorno, se enfrenta a la vida como dices tú [dirigiéndose a HIJA3 y tratando de armonizar con ella] con normas particulares en lugar de principios generales.

HIJA3 [glosándola]: Mamá no tiene ninguna teoría, que en griego significa visión, no tiene ninguna teoría general sobre nada. Se limita a aplicar recetas.

HIJA2: Yo pienso que la gente que mantiene teorías se hace muy antipática al resto.

HIJA3: Tal vez estamos demasiado obsesionados en España (y países afines) con eso de la simpatía.

HIJA1: Claro, por eso no le ha ido mal en la vida hasta cierto punto. Uno puede caer bien, llevarse bien y mantener conversaciones con el resto de la gente a base de puro tópico.

[HIJA1 e HIJA3 inician una farsa de conversación con tópicos]

HIJA3: ¡Qué horror el asesinato tal!

HIJA1: Sí. Yo me enteré ayer por la televisión y sigo conmocionada

[ponen voz de hombre]

HIJA3: Menuda goleada recibieron en el Camp Nou.

HIJA1: Pues yo soy del Barsa, pero reconozco que merecisteis ganar.

[etc.]

[fin de la farsa]

HIJA1: Hay montada toda manera de funcionar en sociedad que no requiere ni un ápice de consciencia ni implicación personal.)


HIJA1: No seas injusta con mamá.

HIJA3: Mamá es así porque estudió interna en un colegio de monjas.

HIJA1: ¿Te refieres a la represión sexual?

HIJA3: No, no, peor aún. Me refiero a algo más profundo, más fundamental. Algunas alumnas se harían mojigatas y otras putas redomadas.

HIJA1: O brujas.

HIJA3: La frustración cria mala leche.

HIJA1: Exacto.

HIJA3: [imponiéndose con el volumen de voz a este hilo secundario] Pues resulta que en ese colegio de monjas al que iba mamá, igual que en muchos otros, había actividades todo el día.

HIJAx: Costura.

HIJAy: Dibujo.

HIJAz: Estudio.

HIJAw: Nos lo ha contado montones de veces.

HIJA3: Se trataba [en el fondo] de llenar el día con actividades.

HIJAy: De sol a sol.

HIJA3: [¿irritada por el inciso?] En efecto, se trataba de llenar el día de actividades. Cualesquier actividad. Había cierta obsesión entre las monjas con las desviaciones sexuales y previniendo la ociosidad se evitaba el remoto peligro de que dos niñas se gustasen mutualmente.

HIJAx: Vamos, que [se volvieran lesbianas].

HIJA1: ¿Y en general te parece mal que se combatiese la ociosidad y el sinsentido?

HIJA3: No, por supuesto, si no fuera por un pequeño detalle.

RESTO: ¿Cuál?

HIJA3: Mamá misma nos lo ha contado. ¿No caeis en él?

RESTO: Nooo.

HIJA3: Pues que cada actividad tenía su horario asignado, se realizaba de tal hora a tal hora.

HIJAn: Natural.

HIJAm: Algún orden tendría que haber...

HIJA1: Eso ya lo sabíamos.

HIJA3: Y el cambio de actividad se indicaba mediante un toque de campana.

[Todas escenifican un día así en que cada período dura unos segundos, con toques de campana reales]

HIJA: ¿Y eso qué tiene de especial?

HIJA3: [Sin contestarle] Estuvieran haciendo lo que estuvieran haciendo, pasaban a la actividad siguiente.

VARIAS: ¿Y?

HIJA1: ¿Qué quieres decir?

HIJA3: Pues eso impedía que llegaran a implicarse en alguna actividad en concreto. En el fondo nada de lo que hacían importaba nada. No tenía conexión con la realidad. Tácitamente se les estaba transmitiendo una lección sobre la realidad sin enunciarla de modo explícito.

: ¿Pero por qué?

HIJA3: No sé. Ni siquiera estoy segura de no estar equivocada. Es sólo una corazonada. Bueno sí, tal vez el propósito fuese imprimir una especie de nihilismo.

: Nihilismo igual a nada.

HIJA: O un Relativismo o Convencionalismo Absoluto, que para mí es lo mismo.

[comienza otra farsa]

HIJAa: ¿Qué es lo bueno?

HIJAb: Lo que acordamos que es bueno.

HIJAa: ¿Qué es lo verdadero?

HIJAb: Lo que acordamos que es bello.

HIJAa: ¿Qué es lo verdadero?

HIJAb: Lo que acordamos que es verdadero.

[finaliza la farsa]

HIJA3: El sistema funciona perfectamente engrasado por la armonía de la armonía de la convención y la relatividad. Y se puede aplicar a muchos ámbitos de la realidad. Todo se valora y se evalúa por comparación. Por ejemplo la economía.

[farsa de la econometría]

HIJA3: O la enseñanza.

[farsa de la enseñanza]

HIJA3: O la calidad de los objetos materiales.

[farsa de la calidad de los objetos materiales])


HIJA: Como esa vez que quitaste una decena de ladrillos de una pared para arreglar la tubería de la cocina.

HIJAx: ¡No veas con qué cuidado! Media mañana me llevó. Cuando ya había limpiado todo alrededor de la tubería...

HIJA: ¿Conseguiste arreglarla?

HIJA: Pues no. Hacia las doce entró mamá y empezó a quejarse. Que ya no podía esperar más para ponerse a cocinar. Que ya no me dejaba arreglar la tubería.

HIJA: ¡Pero si le estabas haciendo un favor!

HIJAx: Ya. Hubiera preferido dedicar el mismo tiempo a otra cosa. Bueno, no, quién sabe. Me gusta arreglar cosas. Sentirme útil. Resolver.

HIJA: ¿Y por qué no seguiste después de comer?

HIJAx: Esa fue la segunda parte. Por supuesto que se lo propuse, pero ella dijo que en una casa decente no debía permitirse un boquete abierto tanto tiempo. Vamos, que me hizo poner los ladrillos. Con cemento. Todo mi trabajo tirado por la ventana.

HIJA: No lo apreció.

HIJA: Es que mamá hubiera llamar a un profesional. Alguien que le cobrase una fortuna por venir, un dineral por trabajar una hora o fracción y le vendiese las piezas de recambio a precio de oro. La reparación le hubiese costado un riñón.

HIJA: No, un ojo de la cara.

HIJA: Graciosa.

HIJA: ¿No hubo manera de...?

HIJAx: No. El cemento fraguó en unas pocas horas. Por la tarde ya era demasiado tarde.

HIJA: ¡Vaya!

HIJA: Y lo peor de todo es que mamá sigue reprochándome que no quisiese terminar de arreglar la tubería.

HIJA: No. Debías haberle explicado que si volvías a poner los ladrillos ya no podías arreglarla.

HIJAx: ¡Pero si lo hice!

HIJA: Parece que no conocéis a mamá. Mamá nunca escucha.

HIJAx: No me escuchó. No hubo manera.

HIJA: Es un problema de mentalidad.

HIJA: El caso es que la mancha de humedad sigue ahí.)


HIJA: Ya lo ha dicho ella.

HIJA: Ella ¿quién?

HIJA: La maestra de todos y alumna de ninguna.

HIJAy: ¿Cómo la llamas tú?

HIJA: Yo siempre la llamo la que da lecciones.


[La madre plantada impasible en medio de las hijas que conversan y medio enterándose medio no.]

: Mamá es incapaz de tratar con gente de igual a igual. Fíjate, en todas sus relaciones ella está arriba y los demás están debajo.

: Sólamente le interesan las situaciones en las que ella es la estrella.

: Ella da los demás reciben.

: Ella ordena los demás obedecen.

: La que da lecciones, la llamo yo.

MADRE: Soy una señora.)


Medusa, tenía serpientes venenosas en lugar de cabellos como castigo por parte de la diosa Atenea...