Creatividad y máquinas
La triste realidad es que las máquinas nos están substituyendo a un ritmo, eso sí, lento.
Buena parte del problema reside en que hemos concedido demasiada importancia a la memoria, una capacidad en la que los cerebros biológicos juegan en desventaja frente a los cerebros electrónicos. El que unas personas memoricen mejor o más que otras no obsta para que una máquina nos supere infinitamente en ello, en memoria.
El argumento que ensalza la memoria consiste en que para actuar adecuadamente debemos tener presentes unos conocimientos.
La estrategia de las máquinas, o más bien de los que las programan, consiste en dotarlas de una representación del conocimiento potente, adecuada y útil.
Tesis: La creatividad empieza donde la máquina o la inteligencia artificial termina. Lo cuál nos lleva a preguntarnos por los rasgos que nos diferencian de las máquinas: conceptualización, ética, presencia (ahoridad, conciencia)...
Gran creatividad manifestarse podrá en la toma de decisiones. Si nos apoyamos únicamente en principios empíricos, tarde o temprano los ordenadores tomarán mejores decisiones o las decisiones mejor, porque el empirismo consiste en la aplicación mecánica de unas reglas.