Reducción del Sistema a Ciencias y Humanidades

En el Sistema Occidental tal como lo percibe la mayoría considero apropiado distinguir y tratar por separado las mitades científico-tecnológica y la social-humanístico-espiritual. Podríamos por ejemplo imaginar -de hecho lo propongo- una enseñanza estatal que sólo transmitiera ciencia-tecnología y delegar la transmisión de las humanidades en la Sociedad. El tipo de certidumbre de una y otra mitad es distinto, por mucho que se intenten matematizar los juicios de las ciencias sociales. Citar cifras en sí no constituye garantía de verdad, y en las ciencias naturales, mucho más matematizadas, no llevan tanto peso en las argumentaciones y debates. Saber física no significa memorizar el valor numérico de una decena de constantes, pero el científico social se aferra a las cifras como a un salvavidas, pues de lo contrario caería en ser lo último que desearía parecer, un humanista de vaguedades.

Cuestiono con lo anterior la necesidad y licitud de las Ciencias Sociales. Las matemáticas y tal vez las ciencias naturales más matematizadas, como la física y las ingenierías, son el único campo en el que la racionalidad ha resultado ser fructífera.