Ciclos o circuitos cerrados
En un sistema de Meadows una unidad de fluido circula por sus canales correspondientes. Una red en la que no entra ni sale una sola gota constituye un circuito cerrado. Por ejemplo en un circuito eléctrico alimentado por una pila los electrones permanecen dentro del sistema de componentes interconectados por conductores (cables, interruptores, bombillas, motores etc).
En una economía estrictamente local el dinero y resto de los bienes circulan por circuitos cerrados locales. Lo mismo pasa con la sangre de un organismo animal, el refrigerante de un motor, los trenes de un continente o los elementos químicos de nuestro planeta. El hecho de que un circuito sea cerrado no implica que haya un único camino sino que tal vez en algunos puntos una gota pueda optar por un ramal u otro.
A veces las personas sienten la necesidad de abrir sus sistemas cerrados, como quien ventila una habitación en la que ha permanecido demasiado tiempo. Los pensamientos, recluidos en nuestra cabeza, nos producen claustrofobia, y necesitamos airearlos e intercambiarlos con otros seres humanos. También nuestros genes, restringidos a una comunidad, pugnan por salir, entrar en otras comunidades y dejar que la nuestra reciba aportaciones de fuera. Cuando las normas sociales obstaculizan esta higiene genética se producen infidelidades. Las fugas
de amantes constituyen una válvula de escape al permitir saltarse toda la burocracia del emparejamiento, y algunas culturas reconocen esta vía alternativa de matrimonio.