Abriguismo
Llama mucho la atención que ante la necesidad de mantenernos calientes la mayor parte del año dedicamos muchos recursos a la vivienda (aislamiento y calefacción) y poco dinero, trabajo y atención a las prendas de abrigo, a la vez que la temperatura aceptable de interior sube un grado cada década que pasa.
Al calentar o enfríar la vivienda según la época del año nos perdemos experimentar las estaciones.
Lo que gastemos en buena ropa perdura, mientras que la energía empleada en acodicionamiento de habitáculos se disipa.